
En febrero de 2023 se descubrió un nuevo moai en el interior de la laguna seca del volcán Rano Raraku. Un hallazgo inédito que planteará nuevas preguntas a la comunidad científica que estudia la enigmática historia de Isla de Pascua.
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Un hallazgo insólito en Rano Raraku

Un incendio forestal reciente y la falta de lluvia en Isla de Pascua han permitido que una pequeña estatua moai de 1,60 metros de alto y 90 centímetros de ancho sea descubierta en la laguna interior del cráter del volcán Rano Raraku. Este hallazgo sorprendió a la comunidad rapanui, ya que nunca antes habían encontrado una escultura en ese lugar. Además, se hallaron otros artefactos y trozos de piedra que podrían pertenecer a otra escultura.
El descubrimiento de esta pieza arqueológica tuvo lugar de forma accidental el 20 de febrero, cuando un grupo de científicos, de diferentes universidades de Chile que colaboran con la comunidad indígena Ma’u Henua y la Corporación Nacional Forestal (Conaf) , estaba analizando las consecuencias del terrible incendio ocurrido en octubre de 2022 y la falta de lluvia en la isla.
Rano Raraku, la cantera de los moai

Rano Raraku es uno de los centros volcánicos más interesantes de Isla de Pascua desde un punto de vista geológico. Este cono volcánico, ahora extinto, se formó hace más de 300 mil años como resultado de la actividad eruptiva de los volcanes Maunga Terevaka y Pua Katiki.
A diferencia de la mayor parte de los conos volcánicos isleños, Rano Raraku está compuesto por un tipo de roca única en la isla, conocida con el nombre de toba lapilli. La toba es una roca porosa formada por la acumulación de ceniza volcánica expulsada durante una erupción, que al enfriarse, en contacto con la atmósfera, se compacta y endurece.
La principal característica de esta toba volcánica es su poca dureza bajo la superficie, en comparación con el basalto, lo que animó a los antiguos escultores a utilizarla como materia prima para tallar las enormes estatuas. Los ancestros rapanui construyeron casi 1.000 estatuas de esta piedra volcánica excavando las laderas y el interior del volcán.
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El cráter del volcán albergaba en su interior una laguna de agua dulce, a la que solían acudir los caballos a pastar y beber, siendo uno de los principales humedales de Rapa Nui. En una isla donde no existen ríos ni arroyos, las lagunas interiores de los cráteres donde se acumulaba la lluvia, constituían las mayores reservas de agua dulce de la que podían disponer los antiguos habitantes.
Lamentablemente, la laguna interior empezó a desaparecer hace unos cinco años debido a la constante disminución de lluvias. Este, también, fue el motivo de que la celebración del famoso Tau’a Rapa Nui, un singular triatlón que se desarrollaba durante el Festival Tapati, tuviera que ser trasladada a la localidad de Hanga Roa.
Un tesoro entre juncos y barro

El encargado de dar la noticia del descubrimiento fue Salvador Atan Hito, el vicepresidente de la comunidad Ma’u Henua, al medio Good Morning America de ABC News. Les indicó que el moai encontrado es de menor tamaño que la media de las estatuas.
La altura media de los moai es de unos 4,5 metros, pero los antiguos rapanui fueron capaces de tallar y trasladar estatuas de 10 metros de alto, como el famoso moai Paro que colocaron en el Ahu Te Pito Kura situado en la costa norte, a unos seis kilómetros de distancia de la cantera. Aunque el record lo ostenta el moai Te Tokanga, apodado «el gigante», que con una longitud de casi 22 metros y un peso estimado de 250 toneladas, no puede tener un nombre más apropiado.
El nuevo moai descubierto en la laguna es mucho más pequeño y su tamaño se acerca más al del Hoa Hakananai’a, el polémico moai expuesto en el Museo Británico de Londres, que alcanza 2,4 metros de altura. La figura del nuevo moai, que se muestra boca arriba, conserva el cuerpo entero y aunque todavía presenta rasgos reconocibles, estos han sufrido bastante debido a la erosión del agua sobre su blanda superficie.
¿Cómo llegó el moai al interior de la laguna?
No existen antecedentes de otras estatuas encontradas en el humedal del Rano Raraku. La pregunta que todos se hacen es cómo llego aquí. Hay registros de que la laguna tuvo agua durante al menos los últimos doscientos años, pero no se descarta que durante esa época y en períodos anteriores sufriera, como ahora, períodos de sequía.
Teniendo esto en cuenta, entonces ¿la figura depositada en el lago de forma premeditada o se dejó abandonada como otras estatuas de la cantera? Algunos piensan que el moai pudo haber servido como un hito marcador del territorio. Pero dada la importancia del humedal como recurso hídrico, la estatua podría también haber sido utilizada como un indicador del nivel del agua o tal vez fuera un homenaje a algún antepasado en particular relacionado con el lago.
Algunos expertos en Isla de Pascua, como el arqueólogo norteamericano Terry Hunt o el arqueólogo chileno José Miguel Ramirez, no descartan la posibilidad de que pudieran aparecer otros moai escondidos entre el barro y los juncos de totora que crecen en el lago del volcán. Es más, sería el momento de aprovechar las actuales condiciones secas para explorar el subsuelo de la laguna y comprobar esa hipótesis.
¿Qué hacer con el nuevo moai?

El descubrimiento ha abierto un debate en la isla sobre qué hacer con el nuevo moái. Hay quienes creen que el moai debe ser dejado en ese lugar para que los ancestros puedan descansar en paz y quienes quieren que sea trasladada para poder investigarla.. La última palabra la tienen las familias rapanui, el consejo de ancianos y la comunidad Ma’u Henua que administra el Parque Nacional Rapa Nui.
El vicepresidente de la comunidad indígena Ma’u Henua, Salvador Atan Hito, cree que hay que separar las tradiciones y sentimientos de lo científico. Este hallazgo es una oportunidad para conocer más sobre la cultura rapanui y la historia de Isla de Pascua, patrimonio de la humanidad de la UNESCO, por lo que se solicitará ayuda y recursos tanto a las autoridades chilenas como internacionales para poder investigar al nuevo moai.
Los investigadores tienen previsto llevar a cabo una datación por radiocarbono de la estatua para poder precisar con más exactitud cuándo fue tallada y saber si se trata de un objeto 100% original. Los resultados de esos análisis podrían ofrecer otra perspectiva de la historia que conocemos y de cómo los antiguos habitantes utilizaron este asentamiento cultural y los recursos disponibles dependiendo de los cambios ambientales en Rapa Nui.