Pukao, los tocados de los moai

Los pukao eran grandes cilindros fabricados en escoria roja volcánica que adornaban las cabezas de las estatuas de Isla de Pascua. Descubre su historia.
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¿Qué es un pukao?

El pukao es un ornamento, realizado con la escoria roja procedente del cráter del Puna Pau, que se colocaba sobre la cabeza de las estatuas de las plataformas ceremoniales más importantes de Isla de Pascua.
Varios estudios arqueológicos indican que la fabricación de los pukao ocurrió en tiempos posteriores a la elaboración de las grandes estatuas, incluso algunos sugieren que los trabajos de extracción en Puna Pau se iniciaron cuando ya se habían abandonado las canteras de Rano Raraku.
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En comparación con las casi 1.000 estatuas contabilizadas, se han localizado sólo unos 100 pukao, 70 de ellos derribados en las cercanías de los ahu y otros 30 que aún yacen en la cantera de Puna Pau. Es posible que haya más piezas enterradas en los caminos o incorporadas como material de construcción reciclado a las propias plataformas ceremoniales, por lo que es difícil definir el número total de pukao que fueron tallados.
Este desfase entre el número de pukao y estatuas se explica porque los pukao se agregaron sólo a los moai que se levantaban sobre ciertos altares ceremoniales seleccionados. De hecho, estos lugares ya destacaban sobre los demás por una arquitectura muy elaborada, tal como aún se puede apreciar en el Ahu Nau Nau en la playa de Anakena, el Ahu Hanga Te’e en Vaihu, el Ahu Akahanga o el impresionante Ahu Tongariki.
Con su incorporación a estos centros ceremoniales, los pukao realzaban aún más las imágenes de los ancestros, ya que ganaban en altura y se mostraban más imponentes. Este incremento de la monumentalidad concuerda con la hipótesis de que el desarrollo de los pukao estaría asociado con la creciente competencia entre grupos tribales, que manifestaban su rivalidad, fabricando moai cada vez más grandes sobre altares más elaborados.
Puna Pau, la fábrica de los pukao

Puna Pau es un pequeño volcán extinto, ubicado a unos 7 kilómetros al noreste de Hanga Roa, cuyo nombre hace referencia a una fuente o pozo de agua que debió existir en sus alrededores. Este cráter forma parte de un conjunto de conos parásitos que emergieron durante las erupciones del Ma’unga Terevaka, el volcán más joven y más alto de Isla de Pascua.
En el interior del cráter del Puna Pau hay una cantera de escoria roja que antiguamente constituyó una importante fuente de materia prima para los isleños. La escoria roja o hani hani, como se la conoce en idioma rapanui, es un tipo de ceniza volcánica de gran porosidad y escasa dureza, que muestra un color rojizo debido al óxido de hierro presente en su composición.
Las características de este material blando y fácil de tallar, que lo hacían inservible para su uso en construcción, fueron aprovechadas para fabricar diversos tipos de objetos, algunos muy especiales. Entre ellos figuran cerca de veinte estatuas de pequeño tamaño, recipientes para el agua, llamados taheta, bloques de tipo ornamental, y ojos de moai.
Aunque hay otros depósitos de escoria roja en la isla, la cantera de Puna Pau fue el más importante de todos, y se cree que es el origen de la mayoría de los objetos conocidos tallados en hani hani. Esta relevancia puede deberse posiblemente al fuerte color rojizo de su material, ya que en la cultura rapanui el color rojo es un color simbólico asociado a los ritos sagrados y al mana o fuerza espiritual.
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Al igual que la ladera sur del volcán Rano Raraku fue el origen de la mayoría de las estatuas de la isla, se piensa que una tercera parte del cráter de Puna Pau fue empleado para la fabricación de todos los pukao. También se cree que en la cantera se formaron distintos equipos de trabajo que compitieron por tener sus propias áreas de producción.
Sin embargo, a diferencia de Rano Raraku, parece que Puna Pau fue considerado un lugar secreto y sagrado. Su ubicación oculta desde otras partes de la isla, una producción casi silenciosa, al realizarse en el interior del cráter, y un color rojo especialmente valorado contribuyeron a su aislamiento y misticismo.
Forma y dimensiones de los pukao

El primer paso de la fabricación del pukao consistía en seleccionar y extraer un bloque de escoria roja de la cantera de Puna Pau. Después se tallaba hasta obtener la forma de un gran cilindro liso cuya medida se ajustaba a la del moai que iba a recibirlo. Varios de estos cilindros gigantes son los que se encuentran actualmente semienterrados en la cantera, con unas dimensiones que alcanzan 3 metros de diámetro y 2,6 metros de altura.
Una vez terminada esta fase, los pukao se trasladaban hasta las plataformas ceremoniales donde se esculpían los últimos detalles y se pulían para conseguir su forma y tamaño definitivos. La base inferior, cuyo diámetro es mayor que la cabeza sobre la que descansa, se tallaba un poco ahuecada para facilitar el ajuste con la misma. Esta concavidad no está en el centro, sino que se dejaba más margen en el frente, de manera que el pukao se proyectaba sobre los ojos de las figuras a modo de visera.
Por último, en la parte superior de algunos tocados se tallaba otro pequeño cilindro saliente o protuberancia cuya longitud varía entre 15 y 60 cm, y que según algunas interpretaciones simboliza un moño. Los pukao ya terminados miden entre 1,2 a 2 metros de altura y 1,6 a 2,7 metros de diámetro, y pesan un promedio de 5 toneladas aunque hay ejemplares que llegan hasta las 11 toneladas.
Traslado y colocación de los pukao

Considerando el enorme peso y tamaño de los pukao, surge la duda de cómo consiguieron trasladarlos hasta los altares ceremoniales situados en la costa. Hay que recordar que plataformas como Ahu Nau Nau o Ahu Tongariki se encuentran a más de 10 km de distancia de la cantera de Puna Pau, y que para llegar allí hay que atravesar un terreno irregular salpicado de colinas de origen volcánico.
La hipótesis más compartida por los investigadores es que aprovecharon la forma cilíndrica de los pukao para transportarlos rodando sobre caminos preparados al efecto. En el año 2010, un equipo de arqueólogos británico, que realizaba las primeras excavaciones en Puna Pau, descubrió el camino original a un metro de profundidad. De esta manera confirmaron que los pukao llegaron rodando por una carretera construida con un cemento de polvo de escoria roja comprimida, y que lo más probable es que fueran empujados a mano o se ayudaran con troncos de madera.
La manera en la que los pukao están alineados en uno de los lados del camino sugiere que la carretera era una avenida ceremonial que conducía hasta la propia cantera; un lugar sagrado para los antiguos habitantes ya que creían que la fuerza espiritual de la naturaleza se trasladaba a las rocas talladas.

Otra incógnita, que aún no se ha despejado, es cómo se instalaron los pukao sobre las cabezas de los moai, una vez que eran trasladados desde la cantera hasta los altares ceremoniales.
La hipótesis más extendida y compartida sugiere que se habrían usado rampas para elevar los pukao rodando hasta la parte superior de las estatuas, un hecho que da por supuesto que los pukao se añadieron a los moai después de que estos fueran levantados sobre los ahu.
Otra teoría expone que los moai eran levantados con los pukao al mismo tiempo, unidos entre sí mediante cuerdas y troncos. Las dos ideas podrían ser compatibles, ya que pudieron usarse ambas técnicas dependiendo si la estatua estaba ya en pie sobre la plataforma o si aún no había sido levantada.
En cualquier caso, cualquiera de estos trabajos hubiese implicado una pericia considerable y el esfuerzo de muchas personas. Un ejemplo de esta tarea monumental se puede imaginar en el Ahu Te Pito Kura, donde uno de los pukao más grandes jamás tallado fue instalado sobre el moai Paro, una enorme estatua de 10 metros considerada la de mayor altura levantada sobre un ahu.
Significado de los pukao

El significado de los pukao no se conoce con certeza y es otro de los muchos misterios que encierra la isla. La tradición oral del pueblo rapanui no ha conservado el motivo de su elaboración, así que los investigadores modernos barajan diferentes hipótesis, basadas en cuestiones lingüísticas e históricas, que tratan de explicar porque los antiguos isleños crearon este inusual ornamento volcánico.
Se sabe que los primeros navegantes europeos que avistaron la Isla de Pascua confundieron los pukao con canastas rojas, ya que entonces algunos mostraban montones de piedras blancas sobre su superficie. Otros visitantes pensaron que podían representar un casco de guerrero o una corona.
Parece que el nombre completo por el que los conocían los pascuenses era Hau hiterau moai, es decir, “el sombrero de piedra roja de los moai”, siendo hau la palabra para sombrero y hiterau el término dado a la escoria roja. De modo, que algunos piensan que los pukao son representaciones esquemáticas de los sombreros de plumas usados por los guerreros. Estos sombreros, que según algunos se llamaban hau korakora, eran de color rojizo, de forma tanto cónica como cilíndrica, y se usaron hasta el siglo XIX.
Una variante de esta hipótesis es que los cilindros simbolizan algún tipo de turbante confeccionado con una tela vegetal llamada tapa elaborada con la corteza del mahute, un arbusto que crece en la isla.

La interpretación más extendida es que los pukao representan moños, de hecho, ese es su significado literal en idioma rapanui. Quizá trataron de simular el largo cabello de los antiguos isleños, que solían teñirlo con kie’a, un pigmento natural de color rojizo, y recogerlo en un moño alto. Algunos creen que cortarse el pelo pudo haber estado prohibido (tabú) para algunas clases sociales, ya que el cabello largo podría estar asociado al mana o poder mágico. Un argumento interesante que recuerda al mito bíblico de Sansón que basaba su descomunal fuerza en la longitud de su cabellera.
Es posible que esa idea haya permanecido en el tiempo ya que todavía hoy, muchos jóvenes locales acostumbran a llevar el cabello largo y a recogerlo en un moño alto, toda una seña de identidad rapanui masculina.
Una última hipótesis más mística argumenta que según algunos ancianos rapanui la palabra pukao se usaba para señalar los labios de la vulva, el órgano sexual femenino. Considerando que según una antigua leyenda, la imagen del primer moai se inspiró en el sexo masculino, resulta que el moai con el pukao representaría la unión de lo masculino y lo femenino, un símbolo de la procreación necesaria para que la energía espiritual o mana fuera transmitida de generación en generación.
En cualquier caso, no hay forma de saber si querían representar o simbolizar algo concreto en los pukao, ya que hay detalles que varían según se aprecia en las diferentes formas de los tocados del Ahu Nau Nau. Lo más probable es que sólo fueran un llamativo objeto decorativo con el que realzar el aspecto estético de unas estatuas ya de por sí impresionantes.
Los petroglifos de los pukao

Después del año 1500 d.C, comenzó una época de decadencia de la cultura rapanui que alcanzaría su momento álgido a finales del siglo XVII. Durante este oscuro período de la historia pascuense, se produjeron violentos enfrentamientos entre los diferentes clanes de la isla que modificaron para siempre el orden político y religioso que había existido hasta entonces.
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Una de las consecuencias más visibles de esa gran crisis fue el derribamiento de los moai de sus plataformas. Todas las estatuas fueron abatidas, unas cayeron de bruces, otras de espaldas y casi todas acabaron rotas y olvidadas. Los pukao que adornaban algunas imágenes salieron despedidos al impactar con el suelo y muchos rodaron hasta detenerse a varios metros de los ahu.
Así mismo, los pukao, que estaban listos para su transporte, nunca emprendieron su camino a las plataformas desde la cantera de Puna Pau, donde permanecieron semienterrados hasta nuestros días. Sin embargo, parece que no fueron del todo olvidados y, aunque perdieron su función original, los pukao fueron reutilizados más tarde para grabar sobre ellos una gran variedad de símbolos, la mayoría de los cuales aún están por descifrar.
Hoy en día es difícil apreciar con claridad los petroglifos presentes en los pukao, debido a la erosión sufrida por la superficie porosa y rugosa de la escoria. Se cree que estos grabados podrían mostrar marcas familiares o tribales, incluso tal vez recuerdos de las batallas ganadas al enemigo durante las guerras entre clanes.

Gran parte de los petroglifos son representaciones esquemáticas de canoas (vaka), muy comunes en el arte rupestre de la isla, y que fueron grabadas también sobre estatuas, altares y afloraciones planas de roca basáltica (ver Papa Vaka). En otros petroglifos se observan diseños de aves, tangata manu, y otros diversos signos difíciles de identificar.
Un estudio detallado de los petroglifos que decoran los pukao de Vinapu, Vaihu, Ahu Akahanga, Ahu Te Pito Kura y Puna Pau comprobó que uno de los motivos más representados es un barco estilizado con una popa curvada y una proa. Este hecho resulta muy interesante, puesto que se ha contrastado que los pukao con mayor cantidad de barcos tallados se hallan en los lugares visitados por las primeras expediciones europeas, como por ejemplo Vinapu, o desde donde se tenía vista directa de los barcos anclados, como es el caso de Puna Pau.
Si el análisis es correcto, sería una prueba evidente del impacto que ejercieron los primeros visitantes europeos en la cultura rapanui a partir del siglo XVIII. Un primer influjo occidental que quedó “literalmente” grabado en la piedra y que cambiaría para siempre el modo de vida isleño.